Esa dichosa mochila...

Ella escribe resguardada por el sauce.
Escribir es su salida, es escribir su pasión.
Es cuando escribe que se siente en paz con el mundo. Es cuando escribe cuando disfruta y sufre al elegir cada adjetivo, cada verbo, que se siente plena.
Es cuando los demás admiran su obra que se regodea en sus laureles y tiembla al pensar que ha triufado, aunque sea por esta vez y ha parido una historia, ha hilado palabras y se ha realizado.

Desde la calesita sólo aprecio colores, las formas desaparecen. Sin embargo, no me parece una distorsión. Es la realidad en su estado más puro. Con la velocidad veo cómo es en verdad el mundo. Después de cada revolución se pierde la coherencia, el sentido.

Y comienza el mareo, la pérdida de la orientación. Pero es el comienzo. Luego de la caída al suelo el mundo súbitamente se detiene.

Y las formas invaden una vez más, con esa horrible y rígida nitidez que no deja margen para poder interpretar.